Más de cuarenta años después, hemos recorrido un largo camino, aunque aún nos queda mucho hasta llegar a la meta, todavía estamos a expensas de fanáticos religiosos dispuestos a lapidarios, ahorcarnos o a manifestarse en contra de que nos concedan los mismos derechos que al resto de los mortales escudando su homofobia tras problemas lingüísticos. Seguimos a merced de madres confundidas que ven una desgracia en que el niño salga maricón porque se van a reír de él parientes y amigos. Hay amigos y amigas dentro de armarios sobre todo en zonas rurales por culpa de una educación perniciosa y corrupta que apoya y empuja al rechazo a lo diferente.
Querida Judy, hay un largo etcétera por el cual tenemos que seguir manifestandonos y gritar cada año que estamos orgullosos de ser lo que somos y no queremos cambiar nuestra forma de ser y vivir, lo que hay que cambiar es el modo que tienen los demás de vernos.
Ayuda a todos y cada uno de nosotros a seguir con la lucha y no nos dejes desfallecer, creemos en ti y en tu poder de unión en la batalla por la igualdad y la libertad sexual. No nos abandones, seguiremos detrás de ti en busca de aquel lugar por encima del arco iris en el que todos somos personas, en igualdad de derechos y condiciones.
Y es que, como dice nuestro himno más intencional: la vida es una farsa hasta que no puedas gritar SOY LO QUE SOY.
Judy, te echamos de menos. Gracias por habernos dejado a tu hija y a unas cuantas divas dispuestas a partirse el pecho siliconado por nuestros derechos.
Adorada Judy, estamos Orgullososde ser quien somos.
Amén.
Besos orgullosos.